Tener iniciativas

Cualquiera que tenga responsabilidades en cualquier población tiene el deseo, no sólo de satisfacer las necesidades de sus conciudadanos, sino también dar a conocer su municipio a la mayor cantidad de personas que se pueda. Dejando aparte supuestos en los que esa fama tiene tintes negativos a causa de comportamientos incívicos (cosa que en Castellar no sucede en absoluto) y que nadie desea, es tarea de buen gobernante buscar cuáles son los incentivos que pueden ofrecerse a la gente para hacer atractivo el pueblo.
Viene esto a cuento porque, además de la riqueza natural o arquitectónica que pueda tener un municipio en mayor o menor medida, también puede situarse un pueblo en el mapa a base de organizar eventos que trasciendan a la vida municipal. Y aquí tenemos una ocasión que algunos están dejando escapar de forma lastimosa para Castellar cuando hay espacio para todo.
Si se quiere realzar eventos al aire libre, espacio hay en los polígonos industriales y alguno que otro ya se viene celebrando desde hace algún tiempo. Pero si se quiere hacer algo en un espacio cerrado, tenemos uno bastante infrautilizado: el Espai Tolrà. Aun cuando su aspecto interior, siendo correcto, podría mejorarse con una mínima inversión, resulta decepcionante comprobar los pocos eventos culturales que se realizan aprovechando sus instalaciones, verbenas fiestas lúdicas aparte, que esas sí que se celebran. Es más, dada la cercanía a Sabadell, que cuenta con su propio espacio para convenciones y actos similares, no estaría de más pensar algún día en aprovechar este tirón y ofrecer este espacio para la organización de algún tipo de feria con mayor frecuencia que hasta ahora.
Pero es que además representaría un beneficio a futuro para toda la población, por cuanto el incremento de actividad, incluso la de este tipo, resulta de una ayuda extraordinaria para insistir, si cabe con mayor fuerza, en la necesidad de mejora de las infraestructuras viarias y de transporte de Castellar. No se puede volver a cometer el mismo error que en el caso de los polígonos industriales, que a causa de una mala gestión de anteriores equipos municipales nos ha llevado hasta donde estamos.
Se trata, en suma, de poner algo de voluntad en potenciar las bondades que las instalaciones municipales ofrecen para desarrollar nuevas actividades. No se trata de grandes inversiones de dinero ni mucho menos; sólo se trata de mostrar un poco de ganas de hacer cosas y de tener iniciativas en beneficio de la comunidad.