El pasado miércoles se celebró la primera sesión plenaria después de las vacaciones, dejando muy clara nuestra postura sobre ciertos temas, y es por ello que no volveremos a insistir al respecto. Hay problemas más serios que realmente preocupan a nuestros conciudadanos y no ciertos fuegos artificiales muy bien orquestados.
Si algo destacaba en este pleno era la aprobación del cierre de las cuentas de 2.010 y la modificación del presupuesto de 2.011, esto sí que nos afecta absolutamente a todos, pues de las buenas finanzas de nuestro Ayuntamiento depende nuestro bienestar. La primera impresión que percibimos es que la gestión económica que se ha llevado hasta ahora cabe calificarla poco menos que de desastrosa. Una deuda que no para de crecer y unas explicaciones poco convincentes por parte de nuestros gestores municipales generan dudas sobre la buena marcha económica. Si a ello le añadimos la necesidad de ampliar la deuda municipal como se acordó en el pleno, la conclusión es evidente: algo se está haciendo mal en este consistorio.
La situación de crisis no es ningún secreto, pero tampoco es ninguna excusa para según que actuaciones. En el momento de vacas gordas era donde había que hacer previsiones para futuras contingencias negativas, y no parece que esta haya sido la actuación. Por otro lado, el socorrido argumento de que no somos el único Ayuntamiento con dificultades tampoco es de recibo, por aquello del "mal de muchos, consuelo de tontos". La casuística sería larguísima, pero el problema está aquí, en Castellar, y hay que empezar a ponerse a trabajar.
Desde el grupo municipal del Partido Popular vamos a velar sin descanso para que las cuentas municipales sean claras y comprensibles, ejerciendo a su vez una tarea de fiscalización lo más estricta posible. Jamás debe llevarse una corporación municipal como un club privado, y en las circunstancias actuales menos.
También velaremos para que esta situación no se resuelva como siempre, a costa de los ciudadanos. Lo más fácil es, como siempre, aumentar los impuestos, pero también puede conseguirse esta austeridad con un control más serio del gasto municipal, dejando de perder el tiempo en gastos superfluos y de poca utilidad para nuestra población.
Tenemos un compromiso ya conocido con nuestra población. Vamos a estar muy pendientes de que todo se lleve a cabo con transparencia y formalidad, evitando en lo posible que los errores de algunos acaben repercutiendo en todos los castellarenses.
Si algo destacaba en este pleno era la aprobación del cierre de las cuentas de 2.010 y la modificación del presupuesto de 2.011, esto sí que nos afecta absolutamente a todos, pues de las buenas finanzas de nuestro Ayuntamiento depende nuestro bienestar. La primera impresión que percibimos es que la gestión económica que se ha llevado hasta ahora cabe calificarla poco menos que de desastrosa. Una deuda que no para de crecer y unas explicaciones poco convincentes por parte de nuestros gestores municipales generan dudas sobre la buena marcha económica. Si a ello le añadimos la necesidad de ampliar la deuda municipal como se acordó en el pleno, la conclusión es evidente: algo se está haciendo mal en este consistorio.
La situación de crisis no es ningún secreto, pero tampoco es ninguna excusa para según que actuaciones. En el momento de vacas gordas era donde había que hacer previsiones para futuras contingencias negativas, y no parece que esta haya sido la actuación. Por otro lado, el socorrido argumento de que no somos el único Ayuntamiento con dificultades tampoco es de recibo, por aquello del "mal de muchos, consuelo de tontos". La casuística sería larguísima, pero el problema está aquí, en Castellar, y hay que empezar a ponerse a trabajar.
Desde el grupo municipal del Partido Popular vamos a velar sin descanso para que las cuentas municipales sean claras y comprensibles, ejerciendo a su vez una tarea de fiscalización lo más estricta posible. Jamás debe llevarse una corporación municipal como un club privado, y en las circunstancias actuales menos.
También velaremos para que esta situación no se resuelva como siempre, a costa de los ciudadanos. Lo más fácil es, como siempre, aumentar los impuestos, pero también puede conseguirse esta austeridad con un control más serio del gasto municipal, dejando de perder el tiempo en gastos superfluos y de poca utilidad para nuestra población.
Tenemos un compromiso ya conocido con nuestra población. Vamos a estar muy pendientes de que todo se lleve a cabo con transparencia y formalidad, evitando en lo posible que los errores de algunos acaben repercutiendo en todos los castellarenses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario