La política como circo

Es habitual presenciar en la actividad política rifirrafes de todo tipo entre las diversas fuerzas políticas, los cuales la mayoría de ocasiones no pasan de palabras en mayor o menor tono. Basta con conectar cualquier noticiario televisivo para darnos cuenta de ello y a lo que no se debe dar mayor importancia.
Pero lo que puede ser hasta divertido o pintoresco pasa a ser una broma de muy mal gusto cuando aprovechando cualquier circunstancia se aprovecha para descalificar al contrario con los argumentos más peregrinos que uno pueda imaginarse. Porque uno no vote a favor de una moción sobre las energías renovables ya se le tacha fácilmente de enemigo de la naturaleza. O si se vota en contra de una proposición presuntamente a favor de los desfavorecidos resulta que ese partido es enemigo de la gente humilde. Son sólo dos ejemplos genéricos, pero podría ponerse casos más cercanos y que hemos vivido en Castellar no hace tanto tiempo.
Sin entrar en la aberración que tales conclusiones implican ni tampoco en que muchas de esas propuestas no son más que humo de pajas ante la falta de argumentos, convendría en ocasiones utilizar la cabeza para algo más que embestir al contrario. Que hay veces en que una propuesta no puede aprobarse porque sus fundamentos son radicalmente falsos y no se puede esperar apoyo en el absurdo. En otras ocasiones se trata de propuestas cuya composición resulta mejorable al no haberse buscado un cierto consenso con los demás. Y también, por qué no decirlo, porque en ocasiones se presentan propuestas con la única intención de meter el dedo en el ojo de los contrarios, y ya va siendo hora de que nos tomemos algo más en serio la vida política. Que ningún partido político con responsabilidades de gobierno quiere perjudicar a la ciudadanía, ni siquiera Podemos.
Desde este partido no nos duelen prendas cuando toca apoyar mociones y propuestas que pretendan una mejora real en la vida de las personas, y en este Ayuntamiento hemos dado sobradas muestras de ello, tanto en lo que se refiere a prestar soporte a las personas como incluso en defensa a los animales. Pero ello no implica haber de comulgar con ruedas de molino por el qué dirán, pues no sería la primera vez que se presenta una moción que es sencillamente mentira. Evidentemente, llevamos unas siglas que tienen una significación evidente, pero no nos ata de pies y manos para decidir sobre aquello que consideremos mejor para Castellar, cosa que otros no pueden decir con tanta firmeza. Tampoco perderemos el tiempo como otros en calificar a los demás por lo que puedan decidir en momentos puntuales, pues la acción política es una continuación de actuaciones con un fondo de coherencia no siempre evidente. 
Después de tres años de legislatura ya empezamos a conocernos todos.
No nos cansaremos de repetirlo: nuestra razón de ser es trabajar en beneficio de Castellar y de quienes lo habitan, y para ello estamos dispuestos a pactar lo que resulte más conveniente. Eso sí: majaderías y buscar el enfrentamiento gratuito, pues va a ser que no. Que la vida política es algo muy serio; no lo degeneremos en un circo, por favor.