10 de mayo de 2014

Ante las elecciones

Tras un tiempo de relativa calma volvemos a entrar en tiempo electoral. Se ha iniciado ya la campaña y tenemos dos semanas por delante para que cada fuerza política exponga sus argumentos y se llegue a la fecha de las votaciones, el 25 de mayo, con la mayor normalidad posible.
Todas las elecciones, sea cual sea su ámbito, son una fiesta de la democracia en el más amplio sentido. Es la forma más directa de participación de los ciudadanos en la vida política nacional, pues se eligen nada menos que los que serán sus representantes ante las instituciones para las que se convoca cada elección. Y las que se nos presentan ahora tampoco son grano de anís precisamente. Por más comprensible (nunca justificable) que pueda resultar el hartazgo de la ciudadanía ante la política en general por los últimos acontecimientos vividos, y ante la lamentable indefinición de lo que representa elegir el Parlamento europeo gracias a la increíble falta de pedagogía de los medios de comunicación, ello no resta ningún ápice a la responsabilidad de la ciudadanía ante esta consulta electoral.
Podemos hablar mucho sobre las leyes que elabora el Parlament de Cataluña, o las que se aprueban en el Congreso de los Diputados, evidentemente; pero conviene tener muy presente que esa labor legislativa viene muy marcada por las directrices que vienen de Estrasburgo, de manera que la capacidad legislativa en España, así como en el resto de Europa, aun siendo muy amplia debe estar vigilante de las normas emitidas por esta entidad supranacional. Todos tenemos ejemplos de lo que aquí se afirma, y tampoco hay que olvidar que es obligado adaptar la legislación propia a los dictados europeos.
En suma, la trascendencia de estas elecciones es mucho mayor de la que los medios de comunicación le están dando, y es por ello que creemos necesario animar a toda la gente que el próximo 25 de mayo acuda a las urnas a depositar su voto en conciencia. Por el hartazgo antedicho pudiera resultar que se escojan candidaturas pintorescas o reaccionarias (ya tuvimos esa experiencia en las primeras elecciones europeas en España), lo cual es muy comprensible pero de efectos a la larga inciertos y no siempre justificables. El balance general de la Unión Europea es positivo siempre que se tenga una mínima amplitud de miras, y el camino recorrido hasta ahora ha sido muy duro pero realmente merece la pena. Es la hora de que todo el esfuerzo realizado merezca la pena. Votar al Partido Popular es votar confianza en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 
Copyright 2010 - 2011 | Diseñado por: iShelman (Estudios Beta)
Powered by Blogger