Otra Diada

No se trata de celebraciones contrapuestas ni antitéticas, ni de hacer competiciones sobre quién moviliza más gente o que llena más calles de Barcelona. Se trata, simplemente, de que hay otra posibilidad de celebrar la grandeza de ser catalanes y españoles, y esa es la celebración del 12 de Octubre.
Dejando a un lado las connotaciones religiosas que dicha festividad encierra y que no estaría de más recordar en otra ocasión, en esta ocasión se pretende celebrar el día de toda la Hispanidad, de todos los pueblos que forman esta gran nación llamada España y que en tiempos se beneficiaron de su influencia (por más matices que se le quiera poner, pero hoy no toca). Y en el contexto que nos ocupa no está de más realzarla como es debido, pues se trata de una festividad que celebra la unidad dentro de la diversidad; que representa a todos aquellos que gozamos de la condición de españoles con todas nuestras particularidades; y que su finalidad no es en absoluto dividir, sino hermanar.

No vamos a caer en la fácil tentación de hacer comparaciones con otro tipo de manifestaciones habitualmente más numerosas, pues su naturaleza es totalmente distinta y ya va siendo hora de superar ciertas manías. Este año no está de más insistir en esta celebración cuando algunos se obstinan en dividir cuando se trata de una festividad que celebra siglos de historia conjunta de todos los pueblos de España. Que ante la animadversión que algunos quieren implantar en toda la ciudadanía es hora de dejar de sentir miedo y exhibir con orgullo nuestra condición de españoles por todos los rincones. Que tenemos el mismo derecho que los demás en poder celebrar este día en paz y armonía con quien desee hacerlo.

Por ello este partido invita a cuantos deseen acompañarnos a la celebración que se hará el mismo 12 de Octubre en Barcelona que se unan a nosotros y vayamos juntos a la concentración. Independientemente del número de personas que nos reunamos, lo más importante es que también nosotros queremos expresar en la calle nuestra condición, pero con una diferencia: en nuestras celebraciones caben todas las banderas. A ver si hubo algún héroe que sacase una rojigualda en la celebración kilométrica de hace un mes. Las conclusiones son aplastantes.