Elecciones y política municipal

De todos es sabido que estamos en lo que se denomina precampaña electoral. Es un tiempo para ir calentando motores de cara a las elecciones que se celebrarán el próximo 20 de noviembre, y aunque se trate de unos comicios generales, estamos viendo en algunos padres de la patria actitudes que bien pueden reflejarse en el devenir municipal de nuestro querido Castellar del Vallés.

No es ninguna novedad que algunas formaciones políticas, para esconder su falta total de ideas y enmascarar su pésima gestión de gobierno en estos últimos años, se dedican a utilizar la política del miedo y acusan al PP poco menos que de liquidador del llamado "estado del bienestar", cuando ellos mismos se dedicaron a engordarlo irresponsablemente y hubieron de desandar el camino iniciado. No vamos a perder ni un minuto en rebatir semejante falacia, ya de por sí aburrida, ni otras que producen vergüenza ajena viniendo de quien vienen, pero sí vamos a ver cómo se refleja esta situación muy cerca nuestro. Solo hay que ver cómo nuestro Ayuntamiento, que no está gobernado precisamente por la derecha, ya ha empezado a aplicar la tijera en el recorte de prestaciones sociales; eso sí, de forma sibilina. Se ha detectado una apreciable disminución en las subvenciones municipales destinadas al ámbito de la educación, llegando incluso a no liquidar las que ya estaban comprometidas. Y ello por no hablar de los retrasos en la liquidación de facturas a cargo del consistorio, que en algunos casos llega a superar la anualidad. En cambio, ciertas partidas presupuestarias perfectamente prescindibles siguen manteniéndose.

Sería demasiado fácil hacer sangre de esta situación, pero no es nuestra forma de hacer política, y mucho menos oposición municipal. Se ha llegado a esta situación a causa de la crisis generalizada que vivimos, de acuerdo, pero haría bien el equipo de gobierno, en lugar de meter la tijera donde más duele, reconociendo en primer lugar la situación de las arcas municipales con toda su crudeza; y en consecuencia, lograr un consenso que ayudará a salir de esta de la forma menos traumática posible y sin afectación de las políticas sociales en beneficio de los más necesitados. Poner el ventilador de la porquería, echar las culpas a los demás de los errores propios y decir que siempre todo el mundo está equivocado no lleva a ninguna parte. Resulta más drástico escuchar a los demás antes que establecer cordones sanitarios.....

También vamos a oír frecuentemente que algunos ya saben qué hacer para salir de esta crisis...... cuando han estado bastante callados en los últimos años. Pueden ser soluciones bastante peregrinas e incluso cómicas, y también podemos compararlo con nuestro municipio. Ciertas cuestiones de tráfico urbano exigen prontas soluciones para evitar que algún día se produzca una desgracia, como la entrada a las piscinas desde la carretera de Sant Llorenç, o el cruce entre las calles Berguedà y Bages, en el Plà de la Bruguera. Sería de esperar que, antes de que se produzca un accidente de fatales consecuencias, alguno de nuestros mandatarios pasase por allí y comprobase in situ que el peligro existe. Solucionarlo no exige ningún dispendio exagerado, pues no es tan caro colocar debidamente una señal de tráfico vertical, y mucho menos estudiar un cambio de sentido de alguna calle.

Como venimos diciendo, llega una época de cambios en nuestro país. No estaría de más que esos cambios también afectasen positivamente a Castellar; todos lo agradeceríamos